lunes, 20 de abril de 2020

Mi gran miedo con el COVID-19: La separación


En plena cuarentena por el dichoso Coronavirus, se habla mucho de la mortalidad que entraña, el hundimiento económico que traerá, etc. Mis preocupaciones son más pequeñas y cercanas.

Vivo con mi padre, totalmente dependiente de mí debido a un Parkinson que comenzó hace más de una década. Ya necesita ayuda para vestirse, asearse, comer, hacer sus necesidades...; lo peor es que sus capacidades cognitivas están muy deterioradas. Las alucinaciones son una constante, y a veces le cuesta estar calmado en la casa. Por todo ello, tras las últimas hospitalizaciones que tuvo por infecciones, volvió a casa débil físicamente, y peor de la cabeza. Aunque en esas ocasiones, estaba día y noche a su lado, para darle su medicación, las comidas, intentar que se moviera un poco y que estuviera lo más tranquilo posible.


Por todo ello, la opción de que cogiera el COVID-19 y tuvieran que ingresarle de nuevo, me aterra profundamente. En el caso de que cualquiera de los dos se contagiara, teniendo que ser ingresado, la separación tendría consecuencias catastróficas:

-        Si tuvieran que ingresarle a él: Por el confinamiento, yo tendría que permanecer en casa, mientras que el estaría en una habitación del hospital, metido en una cama (o sofá), sin posibilidad de moverse (necesita un andador para ello, y encima esta sondado para la orina). Pasando las horas muertas, solo y asustado, perdiendo poco a poco la cabeza (aun mas).

-        Si tuvieran que ingresarme a mí: Aunque yo llevara mejor el ingreso hospitalario, el no podría quedarse solo en casa. Ninguna opción sería buena: irse a casa de algún familiar (que tendría que asumir una importante carga de trabajo con sus cuidados), o intentar contratar a alguien que le cuidara en nuestra casa (no solo tremendamente complicado desde el hospital, si no que su entorno cambiaria sustancialmente, afectando también a su cabeza).


Si bien el estado físico de mi padre ya está bastante deteriorado (después de la ultima hospitalización, salimos a la calle con silla de ruedas), al menos en casa está relativamente a gusto y tranquilo. Tiene sus ratos más o menos lucidos, pero es algo que podemos sobrellevar. Pero si por esto tuviera que perder sus rutinas durante largo tiempo, es muy probable que se le fuera definitivamente la cabeza. Y entonces, no sé hasta qué punto podríamos sobrellevarlo. Los dos.



No he mencionado la opción del fallecimiento. Es difícil gestionar tal cosa. Solo podría esperar despedirme de él si en el hospital lo permitieran. Y aun así, sería un breve momento. Si llegara a esa situación, no creo que mi padre estuviera ya lucido. Ya vi fallecer a mi madre en su momento, aunque la mujer ya no era consciente. Lo peor vendría después. Pero por usar un cliché “eso ya sería otra historia”.


2 comentarios:

Neovallense dijo...

No me extraña que tengas ese miedo, es lo más normal del mundo. Lo único que puedes hacer es tomar todas las precauciones posibles.

¡Mucho ánimo!

Bibliotecario dijo...

Muchas gracias.