Hoy
en día estamos permanentemente conectados al móvil. No solo por ocio, sino
también por trabajo. Pero curiosamente, pese a existir móviles
extraordinariamente avanzados, eso no significa que sea fácil no perderse
llamadas. Hay varias razones: sitios con pobre cobertura, llevar los móviles en
bolsos o bolsillos del abrigo y no oírlos, no llegar a tiempo a cogerlo…. Yo he
sufrido varios de esos inconvenientes, y voy a contar como los he solventado.
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Vivienda con poca cobertura: Algunos edificios,
como el mío, están construidos con ciertos materiales que dificultan la llegada
de las ondas a los terminales. Ese es mi caso: no hay un punto fijo en el que
tenga mucha cobertura; para hablar tengo que sacar la cabeza por la ventana
muchas veces. Y en algunas ocasiones, las llamadas no llegan al móvil,
enterándome que me han llamado tiempo después por algún sms de aviso. Para
evitarlo, he instalado una aplicación de desvío de llamadas en mi móvil. Ciertamente,
también se puede hacer con los propios sistemas operativos de los teléfonos;
pero tardas mucho más. Con 3 toques, puedo desviar las llamadas entrantes del
móvil al teléfono fijo de mi casa, y anularlo con otros 3 toques. Así siempre
que me llamen al móvil suena el teléfono fijo de la casa, no perdiendo ninguna
llamada.
Además
ayuda el tener varios supletorios en la casa. Venden packs de terminales
inalámbricos, en los que basta con conectar 1 al cable telefónico, para tener
todos en funcionamiento. He visto packs de 2 y hasta de 3 terminales. Algo
rápido y sencillo, para tener teléfonos repartidos por la casa.
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Estar en la calle y no oír el móvil: A veces metemos el
teléfono el bolsillo de un abrigo, o en un bolso, y con el ruido que hay, no lo
oímos. Especialmente ahora, que los timbres de los teléfonos no son
especialmente potentes. Una buena solución para no mirarlo cada poco tiempo,
por si nos hemos perdido una llamada, es comprar un smartwacht. Hay una amplia
gama de modelos y calidades, pero todos tienen la misma función básica: sonar
un timbre cuando alguien llama a nuestro teléfono. Llevando uno de ellos en la
muñeca, es muy difícil no enterarte cuando alguien llama, permitiéndote llevar
teléfono guardado al salir y despreocuparte de él.
Con
estos sencillos trucos, ahora vivo bastante despreocupado del móvil. Lo tengo
aparcado en casa en un rincón, y al salir, lo echo en un bolsillo del abrigo,
sin sacarlo hasta volver a casa. Evidentemente, esto no ayuda si lo usas todo
el día para navegar por internet o mandarte whatsapp con los amigos
constantemente. Pero para las llamadas
telefónicas, mano de santo oigan.
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