domingo, 24 de marzo de 2013

Relatos de hospital 5: Viendo la oscuridad al final del túnel

El último análisis de medula, ha arrojado un jarro de agua fría a las cortas esperanzas que teníamos. Debido a ello, los médicos han decidido enviar a mi madre a casa, limitándose a mandarla unas pastillitas, y que vaya una vez por semana al hospital para unos análisis. Dicen que es preferible que el tiempo que la queda, este más a gusto en su casa.
Tienes que escuchar al médico decirte todo con una sonrisa bobalicona (¿De veras piensan que estas noticias es mejor decirlas sonriendo?), sin darte más solución que si estamos superados, la llevemos al hospital para parchearla, o en última instancia ingresarla y sedarla. Ni siquiera mandarte a alguien de cuidados paliativos, pues solo se hace para “situaciones de larga duración”. Así que aguantas las ganas de golpearle, mientras intentas no romper a llorar. Encima, como mi padre además de varios problemas físicos, tiene la cabeza liada, no le hemos dicho lo terminal que esta.

Y ahora estamos en casa, con mi madre fastidiada porque no puede hacer todas las cosas que quiere (con un mes en cama, es normal), mi padre con sus problemas, y yo poniendo buenas caras diciendo que todo irá a mejor, aunque lo que quisiera muchas veces es hacerme un ovillo en un rincón y ponerme a llorar por horas. Sin embargo solo intento mantenerme ocupado, en el trabajo o en casa, intentando no pensar en ello, y despertándome por las noches a la minima. Aunque cuando veo a mi madre dormir, todo parece una mala pesadilla.


No hay comentarios: