domingo, 9 de septiembre de 2012

El peso de los años


El ser humano medio, vive unos años de niñez felices, para según va creciendo, ir añadiendo cargas a sus espaldas:


  • Primero los estudios, y el esfuerzo que tienes que dedicarlos, según seas mejor o peor estudiante. Al final debes decidir que estudiar, eligiendo alguna carrera. Pensando si estudiar lo que verdaderamente te gusta, o algo con una salida más practica a nivel laboral (aunque puede que acabes en un empleo, que no tenga nada que ver con ninguna de las dos opciones).

     
  • Después el trabajo. Primero encontrarlo (algo bastante complicado hoy en día), sobre todo si es el primero. Las notas no te valen tanto como deberían, pues siempre te piden experiencia; algo complicado cuando todavía no has empezado. Una vez encontrado, la tensión de conservarlo ante el miedo de quedarse en el paro (algo muy habitual ahora, desgraciadamente).

     
  • Independizarse. Si tienes suerte y un sueldazo espectacular, quizá puedas comprar un piso pidiendo una hipoteca tu solito. Tendrás que hacer números todos los meses, y restringir bastantes gastos, mientras rezas por no perder tu empleo y que te quiten el piso por impagos. Si no puedes solo, tendrás que comprarlo con otra persona. Quizá con 2 sueldos será más fácil pagarlo, pero siempre acechara en un rincón de tu cabeza, el que si un día os separáis, tendréis que vender el piso y quedarte sin él, o intentar comprar su parte, pagando un pastón de nuevo por el piso. Otra opción sería irse de alquiler; pero así nunca te sentirás totalmente en tu casa, estando siempre latente la posibilidad de que el propietario te eche de allí.



     
  • Ya como adulto, tienes que lidiar con tus padres. Unos padres a los que veías cual Pilares de Poseidón de niño, pero que según van avanzando por la 3ª edad, observas como su salud se va deteriorando poco a poco. Ahora tienes que estar pendiente de ellos: Que tomen las medicinas, que no hagan esfuerzos demasiado grandes, lidiar con sus depresiones cuando ven que ya no están como hace años …


  • Si consigues llegar a la vejez con una pensión con la que vivir dignamente (en un futuro cercano, parece que esta opción estará solo al alcance de una minoría), llegara un momento en el que los achaques de la edad no te permitan apañarte por ti solo. Entonces tendrás que decidir si vas a una residencia (abandonando tu casa, donde tantos años has vivido), irte a vivir con tus hijos (en el caso de que puedan y/o quieran) o contratar una persona que te ayude y cuide (no, no creo que el gobierno subvencione esto, al paso que vamos). A meter una persona extraña en casa, que puede que tenga que limpiarte entero.

     
Según pasan los años, cada vez nos parecemos mas al mítico Atlas, que sostenía el mundo sobre sus hombros. Tenemos la sensación de que ese peso nos hinca las rodillas, haciendo a veces muy duro el volver a levantarnos. Desearíamos que Hércules pasara a nuestro lado, para proporcionarnos breve un descanso de nuestras pesadas cargas. Claro que si lo tuviéramos, lo mismo no volvíamos a retomarlas.

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