El Tribunal Europeo de los Derechos Humanos, ha condenado a España por aplicar la doctrina Parot a una etarra. Esta "doctrina" se creó para impedir que unos cuantos etarras, a punto de salir en libertad por la reducción de sus penas en base a los beneficios penitenciaros, fueran excarcelados. Se aplico retroactivamente para ello.
Cualquiera que leyera un poquito (o inclusive viera alguna serie americana con abogados de por medio), sabe que es totalmente ilegal, el juzgar a un delincuente con una ley aprobada posteriormente, a cuando cometió el delito. Pero la justicia española se lo paso por el forro, y así lo hizo. Como la gran mayoría de la sociedad española, no quería ver a los terroristas libres, se hizo la vista gorda. Así resulta que, según interese, los jueces pueden estar prevaricando (caso de las escuchas de Garzón), o haciendo justicia (negarles a unos propietarios el acceso a su casa mientras se registra en el caso de Ruth y José, o el mantenimiento de prisión preventiva, en el caso del "crimen perfecto" de Barcelona"). Parece que todo depende del cristal con el que se mira, cuando la judicatura debería limitarse a la aplicación de las leyes. Si pensamos que los jueces pueden hacer lo que quieran dependiendo de las circunstancias, quizá sería bueno volver a leer "El Cántaro", de Heinrich Von Kleist. No todo vale.
PD: El gobierno español recurrirá la sentencia, pero me temo que solo conseguirá otra condena. Y aun que dan unos 50 casos más idénticos.
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