Hoy
en día el comprar por internet es fácil, y muy seguro (siempre que sigas unas
reglas básicas). Pero pese a ir aumentando poco a poco, el comprar “en
persona”, sigue superándolo por mucho. Se puede argumentar que las personas
mayores no se fían, que se prefiere verlo en persona; pero si preguntas a los
compradores habituales de la red, te dirán lo peor de ello: esperar que la
compra llegue a casa.
Las
tiendas cada vez mas ponen ofertas “premiun”, para llevarte el paquete en pocas
horas a tu casa. Pero claro, esto equivale a pagar bastante más que los gastos
de envío habituales. Las personas que no tienen prisa, no lo usan.
Desgraciadamente, esto las convierte prácticamente en ermitañas, esperando que
llegue el dichoso paquete.
Alguno podría aducir, que muchas tiendas o
empresas de reparto, te dejan elegir días y franjas horarias para la entrega.
Sin embargo, la cruda realidad es que pasan olímpicamente de lo que elijas.
Llegan cuando les viene bien en su ruta a los repartidores, como si no les
preocupa lo que eligieras. E incluso en ocasiones (algo que he sufrido en mis
carnes), si están muy agobiados te marcan como “no está en casa”, y pasan de
intentar entregarlo: ya lo harán la próxima vez.
Entonces
es cuando tienes que cagarte en sus muelas (metafóricamente); les pones a caldo
en algún foro público donde estén (twitter suele funcionar bastante bien), para
que finalmente se pongan las pilas, consiguiendo que te lo entreguen. Así
consigues que te traigan a casa un paquete que ellos han tenido 12 días en su poder…
porque ellos lo valen.
En
estas circunstancias, da bastante pereza comprar a distancia. A veces te ves
obligado (como en mi caso); pero de poder evitarlo, compraría siempre en
persona, para evitar estos sainetes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario