Mi
padre tiene Parkinson desde hace más de 12 años. Eso le ha terminado afectando
de varias formas: problemas de movilidad, visuales, digestivos, cognitivos, al
lenguaje…. Añádele que esta sondado para la orina, y tiene una hernia inguinal.
Así cada vez necesita más atención y cuidados. Desde colocarle un calzoncillo
ortopédico para la hernia, pasando por ponerle todos los días un enema para que
haga de vientre, o según días, darle de comer. En los buenos días, hay que
darle la medicación (tiene 7 tomas al día, 8 si contamos el suplemento en forma
de batido) y sacarle a la calle con su andador, pues solo no sale desde años. E
intentar que haga algún ejercicio mental, para hacerle ejercitar el cerebro.
La
atención diaria que requiere, mas las imprescindibles tareas domesticas, supone
una gran cantidad de tiempo y dedicación. Durante mi último trabajo, contrate
una mujer voluntariosa, que cubrió muy justitas las tareas. Evidentemente, lo
ideal sería contratar a una persona con conocimientos y experiencia en
geriatría, además de en sus patologías. Desgraciadamente, ese tipo de cuidados
cuestan una cantidad de dinero, que difícilmente podría cubrir con el sueldo
que ganara. En los últimos meses de mi trabajo, debido a una reducción de
jornada, ya me costaba más el sueldo de la cuidadora de mi padre que lo que
ganaba. Sin duda parte de ello es culpa mía: al cabo de los años, no he
aprendido lo necesario para optar a un trabajo especializado. Por ello a los
que puedo optar, no tienen unos sueldos muy elevados.
Yo
he tenido que aprender a cuidarle tanto de los profesionales que le cuidan
(médicos, fisioterapeuta, psicóloga), como por el típico método de ensayo y
error. Le cuido con cariño lo mejor que pudo, sabiendo ya los pequeños trucos
para hacerle las cosas más fáciles (forma de ponerle el calzoncillo en la cama),
o las pequeñas cosas de las que hay que preocuparse (obstrucciones de sonda o intestinales
por ejemplo) y de que no (heridas sangrientas en el pene, periodos de “ausencia”,
etc.). Un cumulo de cosas, que a una
persona sin experiencia en estas lides, cuesta aprender. Más si no estás ahí
para enseñarla.
Todo
esto, me lleva a darle vueltas al hecho de si realmente debería seguir buscando
empleo, o dedicarme completamente al cuidado de mi padre. Es imposible saber cuántos
años podrá estar en casa bajo mis cuidados. Cuando no ya no pudiera cuidarlo en
buenas condiciones, una residencia seria solo la última opción (y habría que
ver si podríamos pagarla). Actualmente tengo más de 40 años; si paso varios
años fuera del mercado laboral, difícilmente podría volver a él. A día de hoy no
tenemos problemas económicos: solo con la pensión de mi padre, podemos pagar
los gastos mensuales. Aparte tenemos algún ingreso extra.
Dedicándome
a él, cuando por ley de vida mi padre fallezca, no tendría ingresos de trabajo.
Aun así, hace unos años estando en el paro y mirando al futuro, cuando todavía
los precios de los inmuebles no se habían recuperado, compramos un piso para
ponerlo en alquiler. También tenemos 1 plaza de garaje alquilada (comprada
cuando mi padre conducía). Tendría el alquiler del piso, el de la plaza de
garaje y dado que vivimos en un piso de 2 habitaciones, podría alquilar 1. Sin
hipotecas pendientes, con todo ello pienso que podría vivir dignamente.
Lo
digamos “normal”, es intentar estar trabajando hasta la edad de jubilación,
para tener una decente pensión de jubilación. No intentarlo, es un
planteamiento que se me hace extraño y dificultoso. Sin embargo, conozco a
gente que lo ha hecho, y le ha ido bien. Además especular sobre las pensiones
futuras, es inútil. Así pues estoy dividido entre lo “normal” y lo poco
habitual. Mi padre es mi único familiar
directo, y su bienestar es lo que más me preocupa en esta vida. Cuidarle es
algo que no me importa. Acepto este presente con gusto. Pero ¿Qué futuro
escoger?
Difícil decisión my friend. Al final sólo tu puedes tomarla.
ResponderEliminarLos demás podemos aconsejar , pero sólo tu conoces tu situación mejor que nadie. Mucho ánimo y cuenta con mi apoyo en lo que decidas.