Hay
muchas jornadas en España; yo he ido durante años a las que se realizan en
Zaragoza. Dado mi gusto por las obras teatrales, y que allí realizan obras
relacionadas con el manga y similares, son mis preferidas. Eso ha dado para un
puñado de situaciones más o menos absurdas, que voy a intentar relatar. Vamos a
ello:
Que
buenos son que nos llevan de excursión
Durante muchos
años, las obras se representaban en lugares distintos a donde se realizaban las
jornadas. Esto significaba un paseíto, más o menos largos, desde el sitio
central al teatro de turno. Para que no se perdiera la gente, se creaban grupos
de guías para llevar a la gente al destino. Un viaje que podía durar 20 minutos
andando, más un autobús. Para los que no éramos de Zaragoza, eran muy prácticos.
Aunque claro, a veces te despistabas, perdías al guía, y acababas cogiendo un
taxi corriendo, temiendo llegar tarde. Y acabas llegando antes que el grupo. La
vuelta era más divertida, dado que no había guía. O pillaba un taxi a la
carrera, o daba un largo paseo hasta mi hotel (algo que mi sentido de la orientación, añadía un nivel de dificultad).
Uno de los motivos por los que termine comprando un plano de Zaragoza. Aun así,
hace 2 años en la vuelta de una obra, termine encontrando 3 sitios donde había
cenado en años anteriores (no, no estaban
cerca entre ellos).
Tipica expresion mia de viaje
El
hotel de los líos
Aunque
he repetido varias veces, lo cierto es que he conocido varios hoteles en
Zaragoza. Y de todo me he encontrado:
-
El error tonto: Un año que reserve por teléfono
en un hotel una doble (viajaba con un amigo), al llegar y decir el nombre de la
reserva, la mirada del recepcionista ya mosqueo. Nos dijo que la habitación tenía
una cama de matrimonio. Tras una breve discusión con mi amigo, decidimos
cambiar de hotel. El recepcionista nos recomendó uno a “5 minutos”. Después de
5 minutos de carrera frenética y no llegar todavía, paramos un taxi. Tras unos
10 minutos, llegamos al otro hotel. Con el taxi esperando registrarnos,
dejar las maletas en la habitación y bajar para que el taxi nos llevara a donde
representaban los musicales.
-
Levantando las barricadas: En otra
ocasión, escogí un hostal por ser un poco más barato, lo que demostró ser un
grave error. Era una habitación individual muy austera, con una terracita que
daba a una calle de juerga nocturna, sin persianas en la ventana. Así
que a las 07:00 am con los ojos como platos. Aunque lo peor, es que la puerta
no cerraba más que con el resbalón por dentro, abriéndose con el picaporte.
Acabe durmiendo con una silla delante de la puerta (por si acaso).
-
Este no es el mío, que me lo han cambiado: Después de varias ocasiones de ir junto a un
amigo, al mismo hotel situado en la plaza de España, llegamos bajando
tranquilamente en cierta ocasión por el paseo de la independencia, llegamos a
la plaza, giramos y tras dar unos pasos nos paramos en seco. Estábamos delante
de una entrada llena de luces, puerta corredera de cristal…. Retrocedimos unos
pasos y levantamos la cabeza, comprobando que era el sitio de siempre, tras una
profunda remodelación. Que les quedo muchísimo mejor que antes, pero la primera
impresión de ambos, fue que la entrada parecía un club de carretera.
-
Mis adorables vecinos: Otro año, después
de cenar, volver al hotel, mirar internet y tal, decidimos acostarnos. Eran
pasadas las 00:00. Una media hora después, me desperté oyendo algo. Al poner
atención, descubrí que los ruidos venían de la pared que compartíamos con la
habitación de al lado. La pareja estaba dedicándose a “darse alegría al cuerpo”
sonoramente. Y estaban en forma.
Sobre todo, discretito
Puntualidad
ante todo
-
La ley de Murphy: Siempre que viajo a Zaragoza,
intento llegar con tiempo suficiente de margen, para ir tranquilamente a los
musicales. Sin embargo, un año cogimos un tren que llegaba bastante justo.
Llevando las maletas, fuimos desde la estación al lugar del musical, a paso
ligero. Pese a todo, llegamos 10 minutos después del horario de inicio
previsto. Y ya había empezado. En todas
las demás ocasiones que he ido a ver los musicales, siempre han empezado con
retraso.
-
Horarios indicativos: Es algo
realmente inherente a este tipo de eventos, pero en cierta ocasión, fue “hundir
el dedo en la llaga”. Tras un año en que tuvimos que ir a coger el tren de
vuelta antes de terminar los conciertos, el año siguiente cogí billete para el último
tren que salía de Zaragoza hacia Madrid (aunque fue antes del Ave). Sin
embargo, pese a realizarse al lado de la estación, los conciertos empezaron con
más de 2 horas y media de retraso, por lo que al final tuve que irme a la
estación renegando, otro año más sin terminar de ver el concierto. Eso sí, la
siguiente vez decidí que lo terminaría ver si o si. El año posterior volvimos el lunes.
¡Llego tarde, llego tarde!
Buscando
la circular A-38
Durante
muchos años, era costumbre en las jornadas realizar una cena abierta en un
japonés los sábados por la noche. En una ocasión, se pidió el pago por
adelantado. Como íbamos 3, fuimos al stand de organización para apuntarnos.
Esta es una reproducción (en la medida en la que es fiel mi memoria), del
dialogo mantenido:
-
El
menda: Buenas tardes, veníamos a apuntarnos a la cena.
-
Chica
del stand1: ¿Qué cena?
-
El
menda: La cena de esta noche, la de después del musical.
-
Chica
del stand1: Espera que pregunto (se gira
y pregunta a otra chica) ¿Sabes de qué cena hablan?
-
Chica
del stand2: Si, la de esta noche. Espera que busco una lista (un par de minutos después). Pues no la
encuentro. Cojo un papel nuevo y os apunto.
-
El
menda: Bien ¿Cuánto era? (realmente sabíamos el precio, pero era más por cortesía).
-
Chica
del stand2: Pues… no lo sé. Esperad que pregunto (la muchacha pregunta a un par
de personas más, mientras los 3 empezamos a sentir una gota en la cabeza.
Finalmente lo averigua, y nos apunta en un papel).
-
Chica
del Stand2: Bueno, pues ya esta (la damos el dinero, y ella se la da otra chica,
llamémosla chica del stand3).
-
Chica
del Stand3: ¿Dónde lo guardo?
-
Chica
del Stand2: Haz un sobre con un folio y guárdalo. (vemos como dobla un folio
por 2 laterales, y toda confiada echa el dinero dentro… cayéndose por el otro
lado).
-
Chica
del Stand3: Huy (a estas alturas, ya sentíamos cuervos volando por encima de
nuestras cabezas; recoge el dinero, dobla el extremo que faltaba, y echa el
dinero). Ya está.
-
Nosotros:
Vale, vale, adiós.
Conseguimos
alejarnos unos metros de la vista del stand, para después estallar los 3 en
carcajadas, convencidos de haber participado en una escena digna de cualquier
anime cómico.
Empiezo a pensar que hay una camara oculta
Volando
voy; volando vengo, vengo
El
año pasado, debido a mi situación personal, ya no podía permitirme hacer noche
en Zaragoza. Sin embargo, tenía muchas ganas de ver los musicales. Así pues, decidí
liarme la manta a la cabeza y pegarme una paliza de AVES:
-
Salir
de trabajar sobre las 14:00, ir a casa a comer, ir hasta la estación de Atocha
y coger el tren de las 16:30.
-
Llegar
a Zaragoza, coger un taxi e ir a donde se hacían los musicales.
-
Hacer
un poco de tiempo, viendo las jornadas y/o saludando a los conocidos.
-
Ver
el musical.
-
Despedirme
de los conocidos, coger un taxi e ir a la estación de Zaragoza.
-
Cenar
en la estación, coger el tren y en Atocha, otro taxi hasta mi casa.
Esto
el viernes y el sábado, dado que ese año ambas asociaciones realizaban sus
jornadas el mismo fin de semana (ambos días trabaje por la mañana).
Ya no se si voy o vengo
Ahora
mismo, mi situación familiar me impide ir y disfrutar de las jornadas que se
realizan allí. Sin embargo, con tantos buenos ratos pasados allí, solo puedo
desear a ambas asociaciones y a todos los que las realizan, la mayor de las
fortunas. Esperemos que sigan muchos años así.
2 comentarios:
Muchas ediciones, muchas anécdotas... La de la cena con el sobre casero del dinero es notablemente absurda xD
Sin duda la de la cena es la mas epica. Aunque de otros sitios como Barcelona o Madrid, tambien tengo otras cuantas interesante. A ver si un dia las cuento.
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