domingo, 3 de febrero de 2013

No hay alegría


Una frase que suele decir mucho mi jefe es que “no hay alegría”, refiriéndose a que las compras de la gente son pequeñas y van a lo justito, en vez de cómo antes, comprar bastantes cosas y en abundancia. Con esta frase podría resumirse la situación en España: No hay ninguna alegría.


-      ¿Cómo va a haber alegría, si el paro no para de crecer?


-      ¿Cómo va a haber alegría, si desde los  “brotes verdes” de la era Zapatero, no paran de anunciar la recuperación económica, para volver a posponerla?


-      ¿Cómo va a haber alegría, si los jubilados entre pago de medicinas y subidas simbólicas de las pensiones, cada vez tienen menos poder adquisitivo?


-      ¿Cómo va a haber alegría, si el precio de los servicios básicos (agua, luz) y los impuestos aumentan, mientras que los sueldos bajan?


-      ¿Cómo va a haber alegría, si mientras que la clase media cada día debe apretarse más el cinturón, no paran de salir escándalos de corrupción y enriquecimiento ilícito con cifras millonarias?


Más que ganas de hacer una fiesta, lo que dan ganas son de tirarse de un puente, que por lo menos por esto no te cobran (aun).

PD: Nada mejor que un pequeño ejemplo: Suelo atesorar los pequeños envases de espuma de afeitar, masaje o gel que encuentro, para llevar en mis pequeñas escapadas viajeras durante el año. En enero empecé a gastarlos todos.


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