En
plena cuarentena por el dichoso Coronavirus, se habla mucho de la mortalidad
que entraña, el hundimiento económico que traerá, etc. Mis preocupaciones son más
pequeñas y cercanas.
Vivo
con mi padre, totalmente dependiente de mí debido a un Parkinson que comenzó
hace más de una década. Ya necesita ayuda para vestirse, asearse, comer, hacer
sus necesidades...; lo peor es que sus capacidades cognitivas están muy
deterioradas. Las alucinaciones son una constante, y a veces le cuesta estar
calmado en la casa. Por todo ello, tras las últimas hospitalizaciones que tuvo
por infecciones, volvió a casa débil físicamente, y peor de la cabeza. Aunque
en esas ocasiones, estaba día y noche a su lado, para darle su medicación, las
comidas, intentar que se moviera un poco y que estuviera lo más tranquilo
posible.
Por
todo ello, la opción de que cogiera el COVID-19 y tuvieran que ingresarle de
nuevo, me aterra profundamente. En el caso de que cualquiera de los dos se
contagiara, teniendo que ser ingresado, la separación tendría consecuencias
catastróficas:
-
Si tuvieran que ingresarle a él: Por el
confinamiento, yo tendría que permanecer en casa, mientras que el estaría en
una habitación del hospital, metido en una cama (o sofá), sin posibilidad de
moverse (necesita un andador para ello, y encima esta sondado para la orina).
Pasando las horas muertas, solo y asustado, perdiendo poco a poco la cabeza
(aun mas).
-
Si tuvieran que ingresarme a mí: Aunque yo llevara
mejor el ingreso hospitalario, el no podría quedarse solo en casa. Ninguna
opción sería buena: irse a casa de algún familiar (que tendría que asumir una
importante carga de trabajo con sus cuidados), o intentar contratar a alguien
que le cuidara en nuestra casa (no solo tremendamente complicado desde el
hospital, si no que su entorno cambiaria sustancialmente, afectando también a
su cabeza).
Si
bien el estado físico de mi padre ya está bastante deteriorado (después de la
ultima hospitalización, salimos a la calle con silla de ruedas), al menos en
casa está relativamente a gusto y tranquilo. Tiene sus ratos más o menos
lucidos, pero es algo que podemos sobrellevar. Pero si por esto tuviera que
perder sus rutinas durante largo tiempo, es muy probable que se le fuera definitivamente
la cabeza. Y entonces, no sé hasta qué punto podríamos sobrellevarlo. Los dos.
No
he mencionado la opción del fallecimiento. Es difícil gestionar tal cosa. Solo podría
esperar despedirme de él si en el hospital lo permitieran. Y aun así, sería un
breve momento. Si llegara a esa situación, no creo que mi padre estuviera ya
lucido. Ya vi fallecer a mi madre en su momento, aunque la mujer ya no era
consciente. Lo peor vendría después. Pero por usar un cliché “eso ya sería otra
historia”.
No me extraña que tengas ese miedo, es lo más normal del mundo. Lo único que puedes hacer es tomar todas las precauciones posibles.
ResponderEliminar¡Mucho ánimo!
Muchas gracias.
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